Los bloqueos artísticos y cómo evitarlos

¿Por qué será que los músicos nos resistimos tanto a platicar de estas cosas? Pero buena falta que nos hace ventilar el tema. Quizás nuestra resistencia provenga de la imagen que queremos proyectar hacia el público, o quizás de una dósis de vanidad que todo artista necesita para enfrentarse al escenario.

No queremos romper la magia. Pero nadie puede hablarlo por nosotros. Y a fin de cuentas, ¿quién mejor que nosotros para hablar sobre la creatividad y sus laberintos? Para hablar sobre el papel en blanco y sobre lo que pasa cuando no pasa nada.

Es común que cuando a un artista se le pregunta sobre alguna obra que haya realizado, nos cuente una versión idealizada, como si la obra hubiera salido de un tirón y como si el músico transitara de una obra maestra a otra. Pero ésa es la coquetería del artista. Raras veces nos contará de todos los momentos de frustración, de todos los borradores que rompió, de todas las veces que pensó que la obra no iba para ningún lado.

Lo cierto es que hay artistas que mantienen una actitud sana frente a su trabajo, mientras que para otros, la creación artística es un verdadero suplicio.

Las siguientes son algunas reflexiones sobre el trabajo creativo. No todas son mías. Algunas se las debo a algún maestro generoso, otras a algún alumno, y otras más a alguna lectura cuyas recomendaciones quise poner en práctica. Me habría gustado entenderlas hace 27 años y me habría ahorrado algunos descalabros. Pero, como suele suceder con los vericuetos de la creatividad, las entendí cuando pude.

En fin, éste no es un manual para vivir feliz de la música, pero dejo estas reflexiones esperando que sean de utilidad.